Fichas Americanas

Hijo de una de las más poderosas familias del mundo en el pasado, propietarias de varias petroleras que con la caída de la energía fósil y las intrigas familiares se fueron empobreciendo, kithas nació con otro nombre y otro apellido del primogénito y de una amante. Dada su gran inteligencia, los estudios le empezaron a aburrir, y por lo tanto ideó una forma de evadirse de la realidad, en clase soñaba que vivía en otro mundo. Su familia tenía varias casas alrededor del mundo, con numerosas obras de arte, pero aún así nada llamaba la atención del pequeño.
Un día, cansado de la tempestividad de su padre y del empobrecimiento que iba empañando a la familia, vio algo que le dejó asombrado. El gran Mago Zimmini, en una actuación de teatro, aparecía y desaparecía, hablaba desde detrás de ellos sin moverse, hacía hablar a un muñeco y hacía aparecer personas en los espejos. Estos efectos mágicos, que no eran sino viejos trucos de la luz y el sonido, impactaron tanto en el joven que decidió escaparse de su aburrida vida y seguir al mago en su gira mundial como aprendiz. En esta gira le ocurrieron muchas y variadas cosas, vio mundo, aprendió magia y ventriloquia, conoció a gente distinta y absorbió conocimientos como una esponja. Entonces, a la edad de 18 años, por fin la vio. Su daimon. Ella le explicó que debía volver, que aunque él fuera más feliz con esa libertad su mundo aburrido le necesitaba. Él replicó que cómo iba a aguantar el tedio de la vida, de esa vida que tanto conocía y odiaba, sin ningún estímulo externo... Entonces nació la Idea.
Volvió a su casa, donde descubrió que su padre había fallecido poco tiempo atrás y le hizo un lavado de cara total a las industrias de su empresa. Les cambió el nombre, el propósito, cambió todo. Las volvió especialistas en campos como la informática, la tecnología o las energías renovables, y las convirtió en las GodKanto de su apellido Godall y de ModKanto, éxito en esperanto.
Y las cosas empezaron a ir bien. Sus negocios se enderezaron y la familia Godall volvió a ser rica. Kithas adoraba los efectos visuales, los espejos, laberintos y similares, de manera que compró una casa, la llenó de trampas, huecos y fondos falsos para pasearse sin que se le viera, y se instaló en ella a sus anchas.
El edificio está lleno de ladrillos huecos que transportan el sonido, de manera que no sabes quién oirá lo que dices, también hay puertas y pasillos secretos en las paredes, desde los cuales Kithas aterra a los empleados y mil cosas más que hacen de la casa un laberinto de trampas, pasillos y huecos

Doce de la noche. Nueva York: una pandilla de chicos de entre 12 y 18 años andan por las calles buscando algún sitio donde divertirse. Algunos llevaban navajas, y el aspecto general del grupo no era muy tranquilizador. Tim Haxer era uno de los más jóvenes, de 12 años. Ese día había sido movidito. Habían estado peleándose con una banda rival y ocupándose en varias diversiones, ninguna de ellas sana ni buena.

Tim haxer no era feliz. Su madre, con un trabajo de muchas horas y mal pagado, apenas se ocupaba de él y su padre, que estaba muerto, no le había dejado nada. Por ello, su pasatiempo favorito era “salir con los amigos” una peligrosa banda de vándalos que tanto robaba como rompía cosas por diversión todos los días, a las 8 de la tarde, Tim Haxer salía de su casa y no volvía hasta altas horas de la mañana, nunca tras haber ido a sitios adecuados para él. Ese día el plan no era distinto, irían a un tugurio al que iban frecuentemente, bailarían, beberían y otras cosas. Pero no ocurrió.
20 de noviembre del 2012.
Una de la madrugada. Nueva York. Una pandilla de chicos de entre 12 entre 18 años está muerta de miedo tras una explosión de un edificio cercano. El humo, los cristales y los escombros caen a sus pies. Ellos, paralizados, se quedan donde están. Pero aún no ha acabado. La onda expansiva revienta también dos edificios contiguos, cuyos escombros caen, con una trayectoria que pasa por la pandilla.
En ese preciso momento, algo se corta en la mente del pequeño Tim Haxer, algo se separa… y unos instantes después un halcón de ojos dorados se lanza por el humo, agarrando de su manga y tirando al chico. Él vuelve en sí, y se lanza huyendo de la explosión. Sus otros colegas empiezan a tener conciencia de la situación y también intentan huir, pero ninguno lo consigue. Sólo Tim Haxer. Y está en un shock: Fue tan divertido robar gasolina para hacer una enorme hoguera… hasta que se dieron cuenta de que había pólvora cerca. Una casualidad que les había costado la vida a casi todos.
Esto hizo que Tim Haxer sufriera un cambio radical en su forma de ver las cosas. Se dio cuenta de que toda su vida había sido un gran error, de que no podía continuar así. Se entregó a la policía, confesando su autoría, y la de sus colegas muertos, y fue enviado a un correccional dos años y medio. Su daimon, Ruksa, le acompañó todo el tiempo, y hasta consiguió un permiso especial para entrar en el recinto. Tras esos dos años, con aparentemente los cambios necesarios efectuados en él, volvió a su casa, hasta que se dio cuenta de que no podía quitarse la etiqueta que se había puesto al ser el único superviviente, y por tanto el único culpable de la “explosión del edificio”. Por ello le pidió a su madre como único regalo un casco de GodaNet, donde podría comenzar otra vida completamente distinta donde podría redimirse de sus errores. Cuando comenzó a tener anormalidades con su daimon, y en repulsa a su antigua vida, se cambió el nombre a… Phantom.